Algunas singularidades de la sierra de Bahoruco y de la montaña tropical en general

A petición del colega Simón Guerrero, he hecho una selección de algunas singularidades de la geografía física de la sierra de Bahoruco. Las he redactado de la manera más divulgativa posible; las palabras técnicas se conservan entre paréntesis.

Empiezo con una definición de la sierra (a los geógrafos nos gusta esto de «definir territorios»), luego expongo características de la montaña en general, con énfasis en la montaña tropical y también en Bahoruco; finalmente, relaciono algunas singularidades «sueltas» pero también interesantes.

La sierra de Bahoruco, de unos 2900 kilómetros cuadrados, es un relieve elevado (en algunos trabajos recientes la denominan morfoestructuralmente como una «estructura en flor positiva»), compuesto predominantemente de rocas paleógenas, y también neógenas, ricas en carbonatos (cobertera carbonatada, predominantemente calizas), que se apoyan a su vez sobre una plataforma oceánica mesozoica, las cuales han sido expuestas al menos desde el Oligoceno (hace más de 23 millones y menos de 33), y levantadas con bastante intensidad desde el Mioceno (hace 23 millones de años).

Perspectiva tridimensional de la Sierra de Bahoruco y la Hoya de Enriquillo enfocando desde el SE hacia el NO sobre un punto en el Mar Caribe a 2500 m de altura. Se observan además el Hoyo de Pelempito y Bahoruco Occidental. Nótese el carácter disimétrico de la Sierra de Bahoruco: la vertiente S muy tendida y la N abrupta (fuente: Martínez, 2012 usando fuentes provistas por NASA/USGS)

Perspectiva tridimensional de la Sierra de Bahoruco y la Hoya de Enriquillo enfocando desde el SE hacia el NO sobre un punto en el Mar Caribe a 2500 m de altura. Se observan además el Hoyo de Pelempito y Bahoruco Occidental. Nótese el carácter disimétrico de la Sierra de Bahoruco: la vertiente S muy tendida y la N abrupta (fuente: Martínez, 2012 usando fuentes provistas por NASA/USGS)

En otras palabras, la sierra se compone de rocas depositadas desde hace unos 50-45 millones de años, sobre una plataforma oceánica preexistente (la mayor parte de las rocas que se pueden observar hoy en día en la sierra son sedimentarias de origen marino), que «emergieron» lentamente en algún momento a partir de hace 33 millones de años y que, a partir de hace 23 millones de años, han estado elevándose de manera sostenida y rápida hasta alcanzar sus cotas actuales.

Cabe decir que la sierra es la extensión oriental de un complejo antiforme enraizado en Haití, donde destacan los macizos La Selle y La Hotte. Se divide en dos grandes unidades perfectamente diferenciables: Oriental y Occidental, separados por un corredor que comunica las localidades de Cabral, Polo y El Higüero. También es destacable su amplía disimetría cardinal, es decir, las importantes diferencias en términos geológicos, geomorfológicos y biogeográficos observables entre las vertientes norte, sur y este.

En términos de configuración paleogeográfica, es decir, acerca de la posición relativa de la sierra en el pasado geológico (se diría, «la geodinámica del Caribe»), el conjunto Bahoruco-Selle-Hotte, ha experimentado un gran aislamiento durante el Cenozoico (desde que emergió hasta el Mioceno). Es, probablemente, el sistema montañoso que mayor tiempo ha estado separado del conjunto de La Española.

Evolución geodinámica del borde norte del Caribe desde el Eoceno medio hasta el Mioceno medio (se considera a Cuba como fija) (Van den Berghe, 1983)

Evolución geodinámica del borde norte del Caribe desde el Eoceno medio hasta el Mioceno medio (se considera a Cuba como fija) (Van den Berghe, 1983)

En esta dirección, se puede ver una imagen animada con mayor claridad esta evolución: http://www.tectonicanalysis.com/site/caribbean/

Ahora bien, en términos geomorfológicos, la sierra es lo que se denomina un «karst de montaña». Bahoruco guarda unas formas tipo «mogotes», similares a los de Los Haitises, que atestiguan una fase de generación de relieve muy distinta a la actual.

Pedimento El Aceitillar con vertiente de enlace y superficie pediplanada, destacando en ésta las cúpulas kársticas y los cañones (JRMB, 06/10/2004)

Pedimento El Aceitillar con vertiente de enlace y superficie pediplanada, destacando en ésta las cúpulas kársticas y los cañones (JRMB, 06/10/2004)

Además, presenta unos «aplanamientos» bastante extendidos, que son como grandes mesetas que se prolongan por decenas de kilómetros cuadrados, y que igualmente atestiguan una historia geomorfológica singular de la sierra. El único macizo comparable a Bahoruco en términos litológicos y de modelado es sierra de Neyba, pero no es tan singular al no haber experimentado el referido aislamiento. La siguiente imagen resume la evolución del modelado:

Síntesis evolutiva de las superficies corrosivas y pedimentos de la Sierra de Bahoruco (fuente: Martínez, 2012, a partir de Cámara, 1997)

Síntesis evolutiva de las superficies corrosivas y pedimentos de la Sierra de Bahoruco (fuente: Martínez, 2012)

Y en términos biogeográficos, Bahoruco acoge unos bosques singulares que están directamente vinculados a esos relieves. En estas condiciones se dan también algunas relaciones de «fidelidad» entre especies y relieves, como son el diablotín, que anida en unos singulares escarpes de Villa Aida, y el pino, que sólo crece sobre suelos pobres de relieves muy antiguos.

Mapa de formaciones vegetales y cobertura del suelo del parque nacional Sierra de Bahoruco y su entorno, actualizado a 2003 (fuente: Martínez, 2012)

Mapa de formaciones vegetales y cobertura del suelo del parque nacional Sierra de Bahoruco y su entorno, actualizado a 2003 (fuente: Martínez, 2012)

Pero dado que Bahoruco es una montaña kárstica tropical, resulta de interés exponer algunas características de estos medios.

Bosque higrófilo de Zapotén. Destacan Schefflera tremulus el helecho Cyathea sp. (JRMB, 8/10/2004)

Bosque higrófilo de Zapotén. Destacan Schefflera tremulus el helecho Cyathea sp. (JRMB, 8/10/2004)

En términos generales, y según Jules Blache (en Demangeot, 1999), la montaña es «un relieve a la vez elevado y sobresaliente; por lo tanto, una alta meseta no puede considerarse montaña, ni tampoco una robusta colina». En definitiva, debe tener altura suficiente, pendientes pronunciadas y un importante desnivel relativo respecto de las áreas circundantes».

Hoyo de Pelempito visto desde el Mirador del Ministerio de Medio Ambiente construido sobre la superficie corrosiva El Aceitillar (1300 m). Al fondo la Loma de Los Pinos y, delante de ésta, los mont-derivados de las lomas Bucán Yamé y Alto de Las Dos Palmas. El polje se sitúa en el centro de la imagen (JRMB, 12/10/2008)

Hoyo de Pelempito visto desde el Mirador del Ministerio de Medio Ambiente construido sobre la superficie corrosiva El Aceitillar (1300 m). Al fondo la Loma de Los Pinos y, delante de ésta, los mont-derivados de las lomas Bucán Yamé y Alto de Las Dos Palmas. El polje se sitúa en el centro de la imagen (JRMB, 12/10/2008)

Una definición multifactorial (y más compleja) de este medio sería (García Ruiz, 1991): «un relieve destacado en relación con la llanura circundante, con suficiente desarrollo altitudinal como para permitir la presencia de más de un piso de vegetación y notable variedad de procesos morfoclimáticos, con fuertes pendientes (más del 20%) en las laderas y presencia ocasional de escarpes (precipicios), con usos del suelo basados en la fuerte cohesión social, la importancia de la ganadería, así como en la adaptación topoclimática para el aprovechamiento agrícola, que generalmente es posible sólo en las laderas bajas y medias».

Hoyo de Pelempito visto desde el borde oriental. Esta es una de las formas más llamativas del PNSB, dado el amplio desnivel entre los sectores cimeros de su entorno y el fondo (más de 1500 m), así como por el buen estado de conservación de su bosque mesófilo (=transición) (JRMB, 5/11/2004)

Hoyo de Pelempito visto desde el borde oriental. Esta es una de las formas más llamativas del PNSB, dado el amplio desnivel entre los sectores cimeros de su entorno y el fondo (más de 1500 m), así como por el buen estado de conservación de su bosque mesófilo (=transición) (JRMB, 5/11/2004)

Algunas singularidades de la montaña, con énfasis en las especificidades de la tropical, son las siguientes:

  1. Conformación de un sistema climático caracterizado por bajas temperaturas y bajas presiones, aire enrarecido y, hasta una determinada cota, aumento relativo de las precipitaciones. Pero en el dominio tropical, destacan algunos rasgos climáticos específicos de las montañas respecto de las de otras zonas del globo:
  • Mayor intensidad de radiación solar.
  • En las montañas altas de la zona ecuatorial, la línea de nieves desciende respecto del resto del trópico por el efecto albedo de las nubes.
  • Periódicamente, son afectadas los ciclones tropicales.
  • Menor amplitud térmica intranual que en montañas de otras latitudes.
  • Los pisos bioclimáticos de montaña comienzan en altitudes más altas, debido a los mayores valores de temperatura media del dominio tropical.
  • La amplitud térmica diaria es mayor.
  • En montañas tropicales altas, la línea de nieves suele tener fluctuaciones frecuentes, incluso diarias.
  • El gradiente pluviométrico, es decir, la relación entre lluvia y altura, suele ser positivo y muy pronunciado, pero sólo hasta una altitud. En República Dominicana, la precipitación suele cambiar hacia un gradiente negativo a partir de los 1500 metros.
  • No existe el contraste típico del mundo templado entre vertiente solana y umbría, porque la posición aparente del sol hace que los rayos solares incidan directamente en cualquier vertiente al menos durante un período del año.
  • Vertientes secas hacia el oeste y húmedas hacia el este, por el efecto Föhn provocado por el alisio, que incide generalmente desde el nordeste.
  1. Herencia paleoclimática, que refleja la condición de montaña en el pasado reciente o temprano. Las montañas conservan relieves antiguos que atestiguan condiciones climáticas específicas.
  2. Posibilidad de desarrollo de tipos de relieves específicos por la mayor alteración mecánica (la denominada comúnmente «erosión») y química. La montaña tropical, y Bahoruco es un caso típico, de que escalona los procesos de «erosión» a distintas alturas:
  • Los procesos de alteración química, especialmente la hidrólisis, entre 800 y 2200 m.
  • Valores máximos de disolución kárstica (corrosión de la caliza, propiedad de disolver los minerales de esta roca) por la mayor concentración de CO2 en el agua fría, desde los 1200 hasta los 2200 msnm.
  1. Definición de un escalonamiento bioclimático, que atañe a todos los seres vivos, en especial a la flora y por consiguiente a la vegetación, que presenta rasgos fisonómicos específicos. Dicho escalonamiento atañe igualmente al ser humano y sus actividades. En el dominio tropical, este escalonamiento es bio- y geodiverso, con gran riqueza de nomenclaturas según las regiones, y umbrales parecidos en algunos casos. En Bahoruco se puede hablar de 3 pisos bioclimáticos (modificado, a partir de Cámara, 1997):
  • Termoantillano, hasta los 500 metros, con bosque de seco (tropófilo) y de transición (mesófilo), tanto en la vertiente sur como en la norte del Bahoruco Occidental. En el Bahoruco Oriental el bosque seco es prácticamente inexistente.
  • Mesoantillano, que abarca de los 500 hasta los 1700 m, con 2 subpisos: el premontano, de 500 a 1000 m, y el montano, entre 1000 y 1700 m. Presenta, de forma predominante, bosques de transición (mesófilo), pinar (mesófilo de pinos), húmedo (ombrófilo) y nublado (higrófilo). Como singularidad de este piso destaca que, en la vertiente norte del Bahoruco Occidental, se registra bosque seco a alturas de casi 700 m.
  • Supraantillano, sólo presente en el Bahoruco Occidental, y donde predominan los pinares y los herbazales.
Arriba y abajo: bosques de pinar cerrado sobre sustrato con pedregosidad media y alta, correspondientes a los inventarios P26 y P24 (respectivamente), en el camino que comunica El Aceitillar con el Mirador Hoyo de Pelempito. Ambos están afectados por un patrón de fuegos con altas tasas de retorno. En el de abajo, la pedregosidad aumentó tras el incendio (JRMB, 16/08/03)

Arriba y abajo: bosques de pinar cerrado sobre sustrato con pedregosidad media y alta, en el camino que comunica El Aceitillar con el Mirador Hoyo de Pelempito. Ambos están afectados por un patrón de fuegos con altas tasas de retorno. En el de abajo, la pedregosidad aumentó tras un incendio próximo a la fecha de la foto (JRMB, 16/08/03)

Como singularidad del escalonamiento bioclimático de la sierra es que, entre las vertientes sur, norte y este, hay una variación importante de los umbrales inferior y superior de cada piso. Es decir, Bahoruco es una sierra con una importante disimetría cardinal.

Cliserie de pisos bioclimáticos de la Sierra de Bahoruco (fuente: Martínez, 2012, a partir de Cámara, 1997)

Cliserie de pisos bioclimáticos de la Sierra de Bahoruco (fuente: Martínez, 2012, a partir de Cámara, 1997)

Finalmente, presento algunas singularidades «sueltas»:

  1. El conjunto Bahoruco-Selle-Hotte registra, en la menor superficie, los mayores contrastes térmicos y pluviométricos de toda la Isla. Sólo en la loma del Toro (sin mencionar Pic Macaya, todavía más singular), se estiman temperaturas promedio anuales de 9°C, mientras que en los pisos bajos se registran temperaturas de hasta 28-30°C . También las precipitaciones son contrastadas, desde los 500 mm de la Hoya de Enriquillo, hasta 2300 mm del Bahoruco Oriental.¡Y todo esto ocurre en menos de 2900 kilómetros cuadrados!
Imagen interpolada de precipitación de la Sierra de Bahoruco. La gradación de colores varía desde los 330 mm (ocre) a 2300 mm (azúl marino) (fuente: elaboración propia a partir de observatorios de ONAMET (2001) utilizando métodos de interpolación con regresión polinómica) (fuente: Martínez, 2012)

Imagen interpolada de precipitación de la Sierra de Bahoruco. La gradación de colores varía desde los 330 mm (ocre) a 2300 mm (azúl marino) (fuente: elaboración propia a partir de observatorios de ONAMET (2001) utilizando métodos de interpolación con regresión polinómica) (fuente: Martínez, 2012)

Imagen interpolada de temperatura de la Sierra de Bahoruco. La gradación de colores varía desde los 10 ºC (azul) a 30 ºC (rojo) (fuente: elaboración propia a partir de observatorios de ONAMET (2001) utilizando métodos de interpolación con regresión polinómica) (fuente: Martínez, 2012)

Imagen interpolada de temperatura de la Sierra de Bahoruco. La gradación de colores varía desde los 10 ºC (azul) a 30 ºC (rojo) (fuente: elaboración propia a partir de observatorios de ONAMET (2001) utilizando métodos de interpolación con regresión polinómica) (fuente: Martínez, 2012)

  1. Los observatorios climáticos de la sierra y su entorno (aunque sólo hay uno propiamente en la sierra, el de Polo), revelan una distribución bimodal de la precipitación, pero con un amplio rango entre el observatorio más lluvioso (Polo) y el más seco (Tamayo).
Resumen de patrones de precipitación por estación analizada (fuente: Martínez, 2012)

Resumen de patrones de precipitación por estación analizada de la sierra de Bahoruco y su entorno (fuente: Martínez, 2012)

  1. La sierra reúne, en la menor cantidad de espacio, todas las formaciones vegetales reportadas para República Dominicana. Desde los bosques secos (que enlazan con los xerófilos de Jaragua) hasta los húmedos y pinares de los pisos intermedios y altos.
  2. Es una de las tres áreas núcleo de la única reserva de la biosfera de República Dominicana, y es la que tiene mayor territorio emergido protege.
  3. No presenta mucha escorrentía superficial, su hidrogeología es bastante singular. Se estiman altas tasas de infiltración, y se sabe que hay importantes acuíferos aún sin estudiar en el subsuelo de la sierra. Sin embargo, en los pocos ríos y arroyos conocidos, se han acumulado importantes masas de travertinos, un depósito compuesto fundamentalmente de carbonato de calcio, que constituye un registro de altísimo valor paleoambiental.
  4. Las depresiones de esta sierra, como Hoyo de Pelempito, Sabana del Limonal, El Tunal, El MIjal, Sabana de los Candelones, Puerto Escondido, El Rejanal, y otras, acogen una flora singular, y constituyen importantes registros paleoambientales aún sin estudiar.
  5. En la sierra hay inscritas 5 áreas protegidas, y en su entorno hay otras 7, por lo que se puede decir que el macizo acoge o tiene influencia sobre al menos 12 áreas protegidas.
Reserva de Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo, con límites del Parque Nacional de Sierra de Bahoruco (fuente: Martínez, 2012)

Reserva de Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo, con límites del Parque Nacional de Sierra de Bahoruco (fuente: Martínez, 2012)

Destacar que la sierra de Bahoruco, especialmente su parque nacional más importante y que lleva el mismo nombre (con unos 1070 kilómetros cuadrados), está experimentando unos impactos recientes y de altísima intensidad, debidos principalmente a una práctica indiscriminada de la agricultura de subsistencia, utilizando ferlitizantes prohibidos y prácticas de uso de suelo absolutamente criminales. Una síntesis de estos impactos se puede consultar en esta entrada y en esta otra.

En 2003 se conservaba más de 90% de su superficie, pero en los últimos 10 años, especialmente hacia la vertiente sur, se han perdido muchas masas boscosas por el avance de la frontera agrícola. ¡Esta situación debería detenerse cuanto antes!

Dr. José Ramón Martínez Batlle (Ph.D)

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