Me tomo una licencia para colocar por esta vía una queja pública.
Sin que todavía se me haya ofrecido una justificación creíble de por qué Claro suspende mi servicio de Internet, lo único que me queda es pensar mal, y quejarme. Apelo al viejo dicho popular: piensa mal y acertarás. De todas formas, pensaría bien si se me diera una justificación razonable.